jueves, 24 de julio de 2014

¿Qué queman en las fumatas del Vaticano?

Es de sobra conocida la tradición de la Fumata Blanca y la Fumata Negra durante las deliberaciones del Vaticano en la elección de un nuevo Pontífice, siendo negra cuando no se ha alcanzado el consenso suficiente (debiendo realizarse desde el principio) y blanca en el caso que la votación haya sido satisfactoria y se puede proclamar la famosa frase: Habemus Papa.

La Fumata está compuesta por los votos secretos al ser quemados y un agregado para dar un color u otro, siendo esta la única forma de contacto con el exterior del cónclave para hacer saber a los fieles la marcha de la votación. Originariamente se usaba paja fina para producir el humo blanco y carbón para producir el humo negro, algunas veces también se usaba alquitrán para producir este último. El progreso ha hecho lo suyo y hoy en día se utilizan materiales muy distintos.
El cambio se produjo cuando en 2005 con objeto de terminar con las posibles dudas que podían surgir en cuanto al color del humo que producían las papeletas de los votos al arder, se decidió añadir un aparato electrónico que añade productos químicos al humo.
En el caso de que la Fumata sea negra el aparato añade azufre, antraceno y perclorato de potasio y en el caso de que sea blanca se añade clorato de potasio, lactosa y colofnia, una resina sin refinar que se extrae de las coníferas. Esto hace que se acaben las posibles dudas de los fieles ante la decisión del cónclave.




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Fuente: sobrecuriosidades.com

jueves, 3 de julio de 2014

¿Por qué las ventanillas de los barcos y aviones son redondas?

A estas ventanas se les conoce con el nombre de ojo de buey, probablemente por su forma.
En los barcos antiguos (galeones, carabelas...) las aberturas al exterior eran cuadradas o rectangulares y en los barcos modernos metálicos son redondeadas o cuadradas con las esquinas redondeadas.
La madera es un material bastante flexible, un casco de madera resiste los embites del mar gracias a esa flexibilidad, la madera cruje, pero la estructura se mantiene. Así pues no importa en gran medida la forma de las ventanillas, puesto que no ha de soportar grandes presiones.
Cuando se empiezan a construir los cascos de acero, la rigidez de la estructura tiene sus puntos débiles en esas aberturas. Los ingenieros navales pronto descubrieron que un agujero rectangular en la cubierta, la bodega o el caso, era una fuente de la fatiga metálica (tipo de fractura que conduce a la rotura catastrófica cuando se aplican cargas fluctuantes en el tiempo) que empezaba por las esquinas.
El casco o la cubierta podía literalmente partirse debido a las flexiones y contracciones causadas por la fuerza de las olas, porque cuando se aplica una fuerza sobre una superficie rectangular ésta se concentra en los ángulos o esquinas, aumentando la fatiga y facilitando la fractura.
Si se eliminan las esquinas redondeándolas o, mejor aún, se consigue una superficie circular, la fuerza se distribuye uniformemente y se minimiza la fatiga.

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 Fuente: sabercurioso.es